Abogada, deportista de fondo e impulsora de grandes causas solidarias. Estos tres atributos podrían usarse para resumir la vida de María Laffitte Ageo, una profesional galardonada recientemente con el Premio “Mujer y Derecho”.
María, ¿tu vocación siempre fue el Derecho?
He trabajado previamente para varias entidades relacionadas con el deporte, en la organización de eventos deportivos, tanto organizaciones de pertenecientes al sector público y del privado, desarrollando en ocasiones funciones de responsabilidad, siempre trabajando en equipo y en continua formación.
Me ha resultado siempre muy estimulante aprender y aportar a las empresas relacionadas con el deporte y ser de ayuda además a los deportistas es el mayor de los logros que se puede llegar a alcanzar, bajo mi humilde punto de vista, ello siempre con buen carácter, trabajo incansable, responsabilidad, exigencia, honestidad y buenos valores.
En ocasiones me pregunto por qué luego me especialicé en derecho deportivo, al que le encuentro dos enormes atractivos, que no los encontraba en mi juventud, momento en el que me dedicaba con enorme pasión, como antecede, a la organización de eventos deportivos y aun en la actualidad de vez en cuando realizo mis pinitos.
La respuesta puede estar, en primer lugar al tratarse de un derecho mucho más dinámico y más reciente especialidad en la historia, el cual creo tiene enormes desafíos aun por delante de cara a una verdadera, actualizada y completa compilación general que deberá cumplir sus expectativas pronto, principalmente en España.
En segundo lugar por su faceta meta jurídica, es decir por las regulaciones que tiene inmerso todo el colectivo del deporte y en sus relaciones con los poderes públicos y federaciones.
- ¿La Abogacía entraba en tus planes?
En mis inicios laborales debo reconocer que ni por asomo, de hecho di comienzo a mi vida profesional dentro del mundo jurídico trabajando en una notaría, lugar donde tuve la enorme suerte de estar porque me impulsaron a aprender mucho.
La abogacía creo que me más bien me eligió a mí, marcado en mis primeros inicios dentro del derecho público (administrativo) y ya una vez más asentada en esta profesión, entendí que debía especializarme aún más en el deporte. Creo que ya somos cada vez más los interesados en esta faceta derecho, pues el deporte es sin dudas nuestra pasión, adquiriendo los extraordinarios valores que nos aporta.
Derecho y deporte forman una combinación ganadora y perfecta y se cierra el círculo perfecto cuando añadimos la solidaridad. Aunando estos tres conceptos podrá conseguir encuentros deportivos que reflejen buenos valores. Es uno de los pilares básicos que sostiene una sociedad. No hay mejor inversión que la integración social, cultural y deportiva y con mayor énfasis si se incluye la solidaridad.
Estando trabajando como abogada especializada en derecho administrativo, si bien uno tiene que hacer al principio de todo para formarse, me planteé la especialización reglada en el deporte mediante el Máster Oficial de Lérida y tuve la fortuna de poder compaginarlo con la profesión, lo que finalmente me dio un bagaje, para luego cultivarme en Sevilla, con formación teórica y práctica, que quizás podría considerarse suficiente para poder enfrentarse a cualquier responsabilidad en esta rama.
- ¿Cuáles son tus principales áreas de especialización? ¿Qué valores te diferencian del resto de letrados?
He realizado una buena labor consultiva en materia regulatoria, contractual, convenios y docencia; esto último quizás es el bastión mas enriquecedor y gratificante, junto a los proyectos solidarios que he apoyado y otros dirigido, de todos ellos vinculados al deporte, dedicación a la que debo confesar recibo mucho más de lo que puedo dar.
Recientemente, en diciembre he tenido la enorme suerte de ser requerida por la prestigiosa editorial de España de derecho, Aranzadi, para disertar sobre el deporte trans, algo de enorme dificultad. Dicho artículo ha visto la luz a primeros marzo y he recibido en junio un premio y distinción por ello.
Igualmente creo que a lo largo de toda mi vida he desarrollado una considerable trayectoria solidaria como antecede, embarcándome en múltiples proyectos, en ayuda a los colectivos más desfavorecidos y sobre todo con una enorme vocación al servicio público. En especial, he realizado múltiples ayudas de forma desinteresada a entidades deportivas, incluyendo a la Fundación del Real Betis Balompié a la que le tengo un enorme fervor y cariño, entre otros motivos porque me siento bética de nacimiento y me une un enorme cariño y respeto a la JD del club en general, una buena amistad con muchos jugadores que han pasado por el Club y más aun en especial a los patronos de la Fundación, a la que estimo sería muy favorable el hecho que se sensibilice con el avance logrado en la igualdad y para ello se incluya a mujeres con buena experiencia dentro de su ámbito profesional, que puedan aportar cosas positivas y sobre todo valores; de este modo se lograría acercar un poco más al cumplimiento de la norma que exige un equilibrio de integrantes en las entidades entre mujeres y hombres, algo aún muy lejos de ser alcanzado en las fundaciones como la del Betis de momento.
- Recientemente, se ha aprobado una nueva Ley del Deporte en España, que parece no cumplir con las necesidades y expectativas de todos los agentes implicados. ¿El deporte precisa de numerosas normas?
Debe partirse de la base de la existencia de esta nueva Ley y otras novedosas y diversas regulaciones que estudian y articulan la situación del deporte y su organización, comenzando a apreciarse una especial sensibilidad hacia aquellos colectivos que, dada su especial situación de vulnerabilidad o dificultad, precisan de un auxilio determinado.
A pesar de lo anterior, debe evidenciarse que todas esta nuevas regulaciones que regulan el deporte profesional y amateur, tímidamente en ellas se puede apreciar o apenas se aprecia, que se hagan eco de los problemas actuales y reales del modelo de organización, sino todo lo contrario, lo embarran y complican más aún y esta nueva Ley del Deporte español parece que tiene muchos artículos cuyo contenido se evidencia imposible de cumplir. Y no es desdeñable imaginarse cómo se incrementa dicho problema cuando además no contempla un periodo transitorio que concilie las exigencias que se les pide a los agentes del deporte, el problema está servido y las sanciones por digerir.
En efecto, deberían publicarse en general normas cuyo propósito fuere aportar soluciones. De igual forma, el designio de dichas normas que regulan el nuevo modelo de organización deportivo, debieran ir encauzadas a facilitar la labor de todos los agentes del deporte, pero nada o poco de ello ha ocurrido.
Principalmente, se puede encontrar con dos modelos de políticas de apoyo al deporte en general, aquellas tradicionales poco exitosas por ineficaces y aquellas que deben trazarse con un recorrido que atienda de manera eficiente todas las cuestiones que se suscitan, para no incurrir en miopía regulatoria o más bien se denominan políticas vacías de contenido y evitar así el riesgo de ineficacia.
Concluyendo, en la tan esperada nueva Ley del Deporte, a pesar de sus 124 artículos y otras tantas Disposiciones, no afronta directamente esta cuestión de la implementación de un verdadero modelo de organización, muy al contrario, introduce algunos elementos de confusión.
– Hay una creencia muy popular que sostiene que los entrenadores de éxito tienen que ser grandes deportistas. ¿La práctica deportiva ayuda a los abogados especializados en la materia a acercarse al éxito profesional?
Según se puede leer y es de todos conocidos, practicar ejercicio físico, puede aumentar considerablemente la productividad del individuo y traducen esta mejora del rendimiento laboral en un porcentaje hasta del 300%.
El ejercicio de la abogacía sin embargo se entiende como una actividad mayoritariamente intelectual que requerirá la presencialidad del profesional durante largos períodos de tiempo sin necesidad de realizar actividad física alguna. No obstante lo anterior, si eres capaz de conciliar ambas facetas, la jurídica y la deportiva, se hacen notablemente complementarias y ayudan a romper límites y barreras. A medida que te ejercitas vas a notar que las ideas bloqueantes son cada vez menos frecuentes hasta que en un punto dejan de presentarse. Eso significa que has logrado controlar tus pensamientos limitantes. Esa habilidad proviene claramente del mundo deportivo y se puede emplear en cualquier otro ámbito.
No hay que renunciar al al deporte. Al contrario, animo a que todas las personas que tienen menos tiempo libre, realicen ejercicio físico con frecuencia, hay que implementar una vida saludable dentro de la profesión. Los abogados deben tomar en consideración el tiempo libre que tienen para trabajar por su cuerpo y mente que asegurarán en el futuro un organismo sano.
- Como gran administrativista, ¿quién consideras que crea los problemas legales? ¿Las Administraciones Públicas o los ciudadanos?
Es una pregunta muy comprometedora, porque si bien tengo un enorme sentido del servicio público y he estado desarrollando en temporadas labores profesionales en entidades públicas, en interinidad, no se puede renegar ni dejar de citar la discordia creada al encontrarse con el “abominable hombre de la ventanilla”, entiéndase desde el respeto, pero a su vez desde la comprensión que hace falta un cambio radical en el trato con el administrado, es de justicia ser más proactivos y amables en la atención y aportar soluciones, no problemas.
- Destacas por ser una profesional muy activa y comprometida. En la actualidad, ¿cuáles son los proyectos asociativos en los que estás implicada?
Para responder a ello me remito en parte a lo que cité en otro artículo análogo al presente, publicado este verano en Aranzadi La Ley, donde explicaba que durante un largo periodo he intentado desarrollar una trayectoria solidaria, embarcándome en múltiples proyectos en ayuda a los colectivos más desfavorecidos, especialmente con la mujer y sobre todo con una enorme vocación al servicio público.
De la pregunta sobre mi nueva aspiración, narrar que desde hace ya varios años intenté fraguar, sin ayuda alguna, llamando a todas las puertas, un ilusionante proyecto de inclusión en el ámbito del deporte, el cual era a su vez la esencia de mi tesis; se trataba de la debida protección de los deportistas cuando concluyen su etapa y su trayectoria laboral deportiva, que partía de la base del análisis de las lagunas legales de las diversas regulaciones estatales entonces existentes, que articulaban la situación de los deportistas profesionales durante su carrera deportiva, en la práctica deportiva y competición, comenzando a apreciarse una especial sensibilidad hacia aquellos colectivos que, dada su especial situación de vulnerabilidad o dificultad, precisan un auxilio determinado, donde el legislador ha venido introduciendo progresivamente medidas cuya finalidad prioritaria es la búsqueda de la igualdad de oportunidades de todos los colectivos, es decir la inclusión de aquellos que precisan ayudas para su plena integración en la sociedad y el reconocimiento del problema latente de estos colectivos más vulnerables, a fin de lograr soluciones.
No obstante, dichas regulaciones eran poco o nada sensible a la situación del deportista en su ocaso, no tenía apenas medidas pensadas para su transición. Con tal premisa intenté crear una asociación de los mejores juristas de España que aportasen su granito de arena con aquellos que nos habían brindados sus laureles y llevado a lo más alto del pódium y llevando con orgullo el nombre de España, pero en esa época era verdaderamente de cierto riesgo regulatorio, ya que no quedaba claro cuál sería promulgada como definitiva nueva Ley del Deporte español y qué contendría. Por tanto, esperando algo de seguridad regulatoria, quedó todo a expensas a la publicación de la nueva Ley, que a la postre, la Ley 39/2022 del 30 de diciembre, bien poco ha progresado en dicha laguna legal, poco se ha preocupado de los deportistas y protegerles en su transición a una vida profesional posterior. La profesión de deportista es en gran medida desconocida y en ocasiones algo sobrevalorada y no se aprecia que renuncian a todo en la mejor época profesional y personal por el deporte y por su país.
Concluyendo, sería un precioso proyecto si se pudiera retomar el análisis de la asociación mencionada y sobre todo agradecer a los deportistas españoles deforma honorable lo que han logrado y se han esforzado, pero para ello debería darse un marco más sensible que el existente. Creo que es una labor que deberíamos marcarnos todos e intentar ayudarlos cuando más lo precisan.
- ¿Qué ha supuesto para ti la obtención del premio “Mujer y Derecho”?
Bueno ya quisiera yo que esta pregunta no fuera personalísima y hubiera podido delegarla en alguien que hablara del reconocimiento, puesto que resulta un tanto impúdico hablar de uno mismo, por ello ruego me disculpen porque lo que voy a decir es en la más estricta defensa propia.
Bien, respondiendo a ello, decir que tengo la firme convicción que cualquier reconocimiento no deja de ser sobre todo una responsabilidad de superación y de compromiso; aquello originó que te otorguen un premio debe continuar siendo cumplido y a ser posible mejorado, con mayor ahínco si se debe a una labor con la sociedad, la “carga del honor” debe suponer un infinito compromiso de honra.
- Muchas gracias por la entrevista
A vosotros, muchas gracias por dedicarme un ratito de atención.
Abogado (colegiado nº 15.817 ICAS) y Doctorando en Derecho (uc3m).
Especializado en Derecho Público y Deporte.
Entre otros reconocimientos, finalista del Premio Extraordinario del Grado en Derecho (UCA), Premio Extraordinario de Bachillerato (Junta de Andalucía). Miembro de la Asociación Andaluza de Derecho Deportivo (AADD), Asociación Española de la Calidad Ética en el Deporte, Asociación «Jóvenes Juristas», dirigiendo en la actualidad su Departamento Jurídico. Autor de numerosas publicaciones jurídicas. Colaborador en medios de comunicación (articulista en «La Voz del Sur» y «Sevilla Actualidad») y conferenciante en universidades e instituciones académicas.