Las fincas rústicas y su explotación están en pleno auge. Desde que muchos heredaran terrenos de los abuelos y se plantean darles uso para sacar partido a la tierra, los despachos han ido recibiendo una serie de consultas y pleitos que atender para sacar de dudas a los interesados.

Tradicionalmente, en las zonas rurales suelen pasarse por alto en los debates sobre cuestiones jurídicas ya que durante décadas se realizaban acuerdos de forma verbal, pero no se puede subestimar la importancia del derecho rural.

El derecho rural es una rama especializada del derecho que se ocupa de cuestiones jurídicas exclusivas de las zonas rurales. Abarca aspectos como el uso de la tierra, la producción agrícola y la gestión de recursos naturales y delimitaciones, entre otras cosas.

“Se diferencia de otras ramas del derecho porque aborda cuestiones que son exclusivas de las zonas rurales, como el uso de la tierra, los derechos de agua y la producción agrícola. El derecho rural también es importante porque ayuda a proteger los intereses de las comunidades rurales y garantiza que tengan acceso a recursos legales” explican desde Sagasta 21, un despacho de abogados en Madrid especializado en esta rama.

Qué campos cubre esta rama del derecho

El derecho rural es un área especializada del derecho que se ocupa de cuestiones jurídicas exclusivas de las zonas rurales.

Abarca una amplia gama de cuestiones legales, incluido el uso de la tierra, la producción agrícola y la gestión de recursos naturales ofreciendo un marco para gestionar las complejas cuestiones jurídicas que surgen en el día a día.

A medida que las áreas rurales se desarrollan más, existe una creciente necesidad de experiencia legal en áreas como la zonificación y las regulaciones de uso de la tierra. Otro factor es la creciente complejidad de las regulaciones y políticas que afectan a las zonas rurales y que van cambiando incluso con los distintos cambios legislativos.

Con la llegada de la iniciativa privada al mundo rural, donde la sostenibilidad está jugando un gran papel, es necesario tener un asesoramiento para poder darle a la tierra el uso legal al que está destinada e incluso pedir los permisos relevantes para cada explotación particular.

Esto implica la regulación del uso y desarrollo de la tierra en áreas rurales, incluidas cuestiones como zonificación, regulaciones de subdivisión y códigos de construcción.