El ejercicio de la profesión de abogado sigue siendo una lucha de trincheras y una batalla diaria. Sin embargo, las tendencias vienen confirmando un cambio de modelo. El abogado de despacho individual está dando paso a nuevas formas de actividad en el sector legal.

El surgimiento de estos nuevos modelos conlleva un aumento de la competencia, estrechándose los nichos de mercado que pudieran existir. Por ello, el abogado no puede quedarse quieto para la llegada de los expedientes. De este modo, emerge la figura del abogado como gestor o empresario, más allá de su labor profesional de asesoramiento legal.

Ahora bien, ¿cuál es la herramienta que se necesita para sobrevivir? La estrategia es el elemento esencial que debe marcar el trabajo del abogado en todas sus dimensiones. De este modo, el plan estratégico es el documento que contiene las decisiones, objetivos y medidas que deben adoptarse en un despacho de abogados durante un período de tiempo determinado.

¿Cuánto tiempo debe comprender un plan estratégico? Un período de referencia en el que se pueden apreciar cambios en un profesional o una firma oscila entre los 3 y los 5 años. Así se garantiza que el plan estratégico sea un instrumento realista.

Asimismo, ¿cuál es el contenido que debe plasmarse en el plan estratégico? En concreto, podrían incluirse los siguientes puntos:

  • La forma de ejercicio de la profesión, ya sea como abogado contratado, un despacho individual o como socio de una gran firma
  • El desarrollo y elección de unas áreas de especialización, porque el abogado generalista tiende a ser un profesional devaluado en el mercado, decantándose los clientes por los abogados especialistas o ultraespecialistas.
  • La plasmación de unos objetivos económicos y contables tangibles, debiéndose observar una previsión de ingresos y gastos
  • El planteamiento y cumplimiento de unos objetivos empresariales, porque la labor de abogado debe ir acompañada de una gestión y crecimiento paulatino previos. De lo contrario, el camino al fracaso está plenamente abierto.

Y lo más importante, el plan estratégico no es un conjunto de objetivos que aparecen de forma repentina. Es una herramienta que debe desarrollarse por escrito. En todo caso, no es un papel mojado que queda guardado en un cajón, sino que debe revisarse anualmente.

En definitiva, un plan estratégico es una hoja de ruta que te conecta como abogado en especio, tiempo y lugar. No olvides hacerlo una vez tengas clara tu idea de negocio.